viernes, 8 de octubre de 2010
Danger Days: Reseña de Alt. Press
My Chemical Romance - Danger Days: The True Lives Of The Fabulous Killjoys
Por Jonah Bayer
No debería ser ninguna sorpresa que el frontman de My chemical romance, Gerard Way, haya pasado los últimos tres años trabajando en su serie de novelas gráficas, The Umbrella Academy. Porque el cuarto álbum de su banda, Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys es, literalmente, el equivalente sonoro de cómic. Narrado por el auto-descripto “cirujano/vigilante/helicóptero” Dr. Death Defying, el álbum de quince canciones es un tan visceral como los intentos de superhéroes de Kick-Ass y una vasta desviación sónica para la banda. Es realmente difícil creer que este sea el mismo acto que explotó en la escena hace seis años con el himno emo “I’m Not Okay (I Promise)”
Mientras que los anteriores pares de My Chemical Romance han o abrazado la introspección conceptual (Thursday), o marchado de la escena en su conjunto (Brand New), en Danger Days, MCR ha seguido por completo su propia impresionante visión. Aunque más no sea, es admirable ver una banda en su posición seguir a su musa sin importarles el molestar a sus fanáticos intransigentes. Después de una breve introducción de Dr. D (“Look Alive, Sunshine”) el álbum abre oficialmente con la influenciada por Bowie “Na Na Na (Na Na Na Na Na Na Na Na Na)”, una pista estridente que tiene todos los clichés para hacer una canción de rock explosiva: letras sobre tomar drogas, guitarras armónicas y un ensordecedor solo de guitarra. El único elemento de verdadera sorpresa en estos elementos es la forma en que MCR logra apoderarse de ellos. En general, Danger Days parece alternar entre acaloradas ragers y power ballads como “Bulletproof Heart”, que prepara el escenario para un historia de amor post-apocalíptica que también abunda en nostalgia juvenil. La vibra de mirar hacia atrás se extiende más cuando Way canturrea que “los cerdos están detrás de mí” sobre un riif crudo que todos hemos oído millones de veces antes, pero que se las arregla para sonar fresco. Esa canción, como gran parte del álbum, es auxiliado por el increíble trabajo de hacha cortesía de Ray Toro, cuyos sabrosos fragmentos finalmente consiguen la oportunidad de tomar su merecida parte en el reflector de Danger Days.
Un aspecto interesante adicional del álbum incluye el imposiblemente pegadizo himno de autoayuda, “Save Yourself, I’ll Hold Them Back” (el equivalente de “Eye Of The Tigre” de Survivor para los futuros guerreros góticos del mundo) y inesperada balada “Summertime”, que entraría bien en radios de formato de rock ligero, la antítesis de la animada tarifa del álbum. Y cuando MCR realmente se acerca al plagio – como lo hacen en el caótico cierre a lo Stooges “Vampire Money” – Way toma nota del Gaslight Anthem’s Brian Fallon y lo reconoce citando el icónico “chita que camina por las calles” de Iggy Pop antes que pueda el que escucha. Bien jugado, señor.
Eso no es decir que este thriller post-moderno no tenga unos cuántos trucos – más notablemente el sincopado experimento de baile de hit-hat “Planetary (GO!) y el demasiado-cerca-del-territorio-de-Red-Hot-Chilli-Peppers “DESTROYA” – pero con un álbum tan audaz y ambicioso como Danger Days uno puede esperar unas cuántas casualidades (y muchos efectos de sonido). En última instancia, la grandiosidad con la que MCR se construyó un nombre (cf. “Helena”) sigue ahí, pero re-contextualizada en números optimistas como “The Only Hope For Me Is You”, que son un poquito difíciles de gustar en el comienzo, pero mucho más satisfactorios en el final.
Esa última oración es también verdad sobre el disco como un todo. Mucha gente esperaba que MCR siguiera los pasos de Green Day, cuando en cambio eligieron subir la apuesta y sacar The Black Parade. Afortunadamente, con Danger Days, MCR tiene mucho más en común con Flaming Lips que con nadie más en la actual escena “punk”. El que hayan contruido un universo entero de múltiples capas (sonoramente, líricamente, ¡y también con narración!) para que los escuchas se pierdan, no lo podía adivinar nadie. Para todos los que los odian y las bandas poco originales allá afuera, eso es lo que nosotros llamamos dulce venganza.
Original en inglés.
Traducción: Jo.
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